Las finanzas personales no son sólo una cuestión de números y cálculos, sino también emociones y comportamientos. La relación entre las emociones y las decisiones financieras es compleja y profunda. A continuación veremos qué emociones nos afectan y cuáles estrategias podemos aplicar para tomar decisiones más racionales y beneficiosas.
Las emociones que se generan son:
- Gastos Impulsivos: Cuando compras algo en una tienda online sin pensarlo dos veces porque estabas triste o aburrido lo que puedes hacer es, antes de realizar esa compra, tómate un tiempo para reflexionar sobre si realmente necesitas el artículo y si encaja en tu presupuesto.
- Miedo a Invertir: Cuando evitas invertir en acciones o fondos mutuos porque temes perder dinero, lo mejor es educarte sobre inversiones y empezar con pequeñas cantidades. La diversificación también puede ayudarte a reducir el riesgo y aumentar la confianza.
- Exceso de confianza: Después de una ganancia inesperada en una inversión, te sientes poderoso y haces inversiones desmedidas y arriesgadas sin la debida investigación previa, entonces, debes mantener la calma y seguir un plan de inversión bien pensado, sin dejarte llevar por la euforia del momento.
- Ansiedad financiera: La preocupación constante por el dinero puede llevarte a tomar decisiones apresuradas y a evitar revisar tus finanzas por miedo a lo que puedas encontrar. Por lo tanto, te sugerimos establecer una rutina financiera regular para revisar y ajustar tu presupuesto, lo que puede ayudarte a sentir más control y reducir la ansiedad.
¿Qué estrategias puedes utilizar a tu favor para controlar tus emociones?
- Establece metas financieras claras y específicas para mantenerte enfocado y minimizar las emociones en tus decisiones.
- Crea un fondo de emergencia que te proporcione seguridad y reducción del miedo relacionado con finanzas permitiéndote ser más racional.
- Mantén un Diario de Gastos, lo que te ayudará a identificar patrones emocionales en tu comportamiento financiero y también a hacer ajustes conscientes.
- Practica la Autodisciplina estableciendo límites claros para tus gastos, incluso cuando tus emociones intenten desviarte de tus objetivos.
Reconocer la influencia de las emociones en nuestras decisiones financieras es el primer paso hacia una gestión financiera más saludable. Al implementar estrategias para controlar estas emociones, podemos tomar decisiones más racionales y beneficiosas. La clave está en la educación, planificación y disciplina. Con estas herramientas, podemos manejar nuestras finanzas de manera que nuestras emociones no dominen nuestras decisiones, sino que trabajen a nuestro favor.
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